domingo, 10 de julio de 2011

Llamando a las puertas del cielo.

Antes de volverme gris,
cuando siempre dormía en la misma cama,
Mucho antes de que me alcanzara un rayo a traición...
Tuve un nombre, que casi ya he olvidado.
A veces lo oigo pronunciar, pero nunca es para mi,
sonrío, cuando veo que se llama como yo un niño,
o un perro.
Nunca me gustó demasiado para niña,
(es que luego crecen),
pero cada uno es cada uno.
Daría lo que me queda de vida,
por que alguien me llamara por mi nombre,
en cualquier esquina.

Ahora siempre respondo bajando la mirada,
cuando me llaman vagabundo.

Se acabo la Peli, 2 horas calentito, sentado en una butaca, sin que nadie te moleste, 2 horas reflexionando sobre el sentido de la vida, entre palomitas, 2 horas en las que el gris se detiene, 2 horas llamando a las puertas del cielo.

Esa bala da, debería haber sido para mi.




Dos horas en una cocina que mira a cielo.
Con un lapíz.
Mañana, ya veremos.

Veo un tren a lo lejos.
Te encontrare, Rayo