lunes, 25 de abril de 2011

Entre manos fugaces

A calzón quitado…

Rompo cadenas que creí olvidadas,
recuerdo caricias imperceptibles,
recupero parte de mis sentidos,
miro a los lados, no hay nadie,
me puedo concentrar.

Mi mano agrietada me devuelve,
sonrisas negras debajo de los dedos,
mientras abanico con seda mi piel.

El silencio se hace mucho tiempo,
esperando la tormenta,
pero el antojo merece la pena.

La uñas parecen preguntarse,
¿Como será otra pluma?
mientras aguantan el vaivén,
satisfechas por no caer,
presas de unos dientes gastados.

El tiempo se hace eterno,
la tormenta no llega,
busco algún eslabón perdido,
una imagen, una orgía, no, mejor un trío,
no mejor aquella vez...
que golpeaban la puerta del baño,
hace tantos años...

Relajado...disfrutando...
gastando mi soledad.

Ya llego la tormenta, fugaz como siempre,
casi imperceptible, como sin color, como agua.

Después de un largo masaje,
de cicatrices y arrugas,
de amaneceres y consuelos,
de terciopelo gris tirando a rojo.

Después de perder talismanes,
de doblegarse como cuerda,
prisionera de la voluntad,
si derecho a reclamar.

Llego la tormenta.

Sin poesía, sin perfumes,
de más allá de la realidad.

Como aquella vez, hace tantos años...

Hay quien nace sin derecho a ira,
siempre le confunden los mapas,
siempre acaba perdido,
vagando, en silencio, solo,
como arrastrando pesadas manos,
que acarician todo su cuerpo,
en un recuerdo lejano...
en blanco y negro.
Como una maquina.

Pura ficción, producto de una tormenta,
entre manos fugaces.

Veo un tren a lo lejos...
Te encontrare, rayo.

martes, 19 de abril de 2011

Noches de Blanco Satén

“En la soledad de una esquina,
en la calle del blanco satén,
¡me han robado!...
y no ha sido la primera vez.

Mientras dormito sentado,
esperando dar las gracias,
al sonido de una moneda...
lo intentan muchos y muchas,
y muy pocos lo consiguen…
sin pelear.

Pero esta vez le he mirado,
por debajo de los ojos,
y le he dejado hacer.

Me ha cautivado su sombrero,
la postura de sus piernas,
descendiendo hasta mi cesta,
lo que me dejaban ver.

Lo necesitaba más que yo,
ella lo sabía, y ha pagado,
más de lo que se ha llevado,
ese momento lo recordare.
Recordare su mirada.

No sé cual fue la última vez,
que me deje llevar una noche,
por el blanco satén…

Será hoy, por la luna…”

Esa noche, mientras contaba las monedas de mi sombrero,
en una esquina de una cocina, de un viejo café,
vi por primera vez, la canción original.



"En su tiempo, siempre de noche,
la escuchaba desde mi esquina,
deseando bailar con la luna,
yo la hubiese cantado igual,
mirandola a la cara...
pero sin cerrar los ojos."

Esa noche, fue la última, de la esquina del viejo café,
me aferre una vez más a la luna, eso sí,
llevandome mi recuerdo, en una esquina,
en una cocina...de una noche de blanco satén.

Veo un tren a lo lejos…
Te encontrare, rayo.

sábado, 16 de abril de 2011

Anuncio: BUSCO COCINA CON VISTAS AL CIELO

Me ha sorprendido este anuncio, en un periodico local, entre tanta letra en negrita, alguien desea mirar al cielo desde su cocina, como yo.

Por la noche, este donde este, siempre me preparo una cocina, un espacio con calor, donde miro a las estrellas, a la luna, miro al cielo.

Siempre busco un lugar, donde, crear una cocina con vistas al cielo, a un cielo que me descubre…mares, tierras, vidas, pasiones, mañanas, el amor…

El sentido de dejarlo todo por mirarlo…hasta la vida.

Y así todo, algunas veces se me acopla alguno, (siempre con buen tiempo), zascandileando alrededor, incluso han intentando darme conversación, a algunos les he llegado a decir:

“Calla un poco Sondrina y mira al cielo”
Pero ni caso.

Al final siempre acabo agradeciendo la compañía, pero tengo miedo, cada vez es más difícil encontrar un lugar,...donde crear, una cocina con vistas al cielo.
Cada vez quedan menos.

¿Será por la crisis?

Veo un tren a lo lejos...
Te encontrare, rayo.

miércoles, 6 de abril de 2011

Solo una tontería

En un de mis viajes relámpago,
casi no recuerdo si solo fue un sueño…con luna.

Encontré un papel, en un rincón,
(no tengo cajón, con pequeñas cosas),
su titulo decía:

“Esto es una tontería, no sé, porqué lo escribo

Seguí leyendo, me gustó; todavía lo guardo, por algún sitio.

HUMANIDAD: Mandamiento Nº 1

“Los dioses no existen,
solo de la imperfección nacen las letras,
del miedo a morir, a ser olvidado.

Por eso los dioses
hablan por boca…
de mujeres y hombres.”

Veo un tren a lo lejos…
Te encontrare, rayo.

viernes, 1 de abril de 2011

Cerca del Invierno

Un poema a cambio de unas monedas
Que maravillosa noche de verano la de hoy…, 22* grados, cielo despejado, estrellas…, solo le falta la luna. Las mejores noches de verano, son las de abril y las de marzo, cerca del invierno, con la luna de otoño


*-Regla Antipuristas Nº 1: Números y Letras: Ejemplo práctico, el 22 en este texto:
Efectivamente, en este texto el Nº 22 no es necesario reflejarlo en letra, no es necesario sustituir los números siempre, No es necesario utilizar recursos como “temperatura perfecta” o de otro tipo, y mucho menos  sustituir, 22 por veintidós. No es necesario sustituir siempre los números, cada texto es diferente.

Mi amigo el profesor, me ha escrito esto tan pequeño, tiene muy buena letra, como siempre se lo ha llevado y me ha dado unas monedas. Es la primera vez que devuelven uno de mis poemas, me he ofendido al principio, le he dicho, "no se admiten devoluciones", ha insistido con una sonrisa, los demás, alguno se lo guarda, otros lo tiran al suelo, alguno me ha dicho, “eso no es un poema”, muy pocos me han dado nada, ni las gracias, o no me acuerdo. Me queda todavía lápiz, ese que me regalaron, y además también tengo una pluma, con su tintero y todo, seguiré escribiendo, papeles se encuentran por todas partes, guardare los que me devuelvan con este poema, o con otra cosa, ya veremos…donde los guardare. No entiendo lo de los números del profesor, pero seguiré escribiendo mientras consiga monedas. A quien voy a engañar, me gusta más mirar la estrellas, como esta noche, que mojarme, como el otro día, con los ojos cerrados. Que noche la de hoy, 22 grados, estrellas y un buen profesor...ya solo falta la luna.
¿Se avecinará tormenta de papel?

Veo un tren a lo lejos…
Te encontrare, Rayo