miércoles, 23 de mayo de 2012

Ven, triste me decías...

Hoy la he visto, paseando despacio, con la misma melena de hace... tantos años, caminaba con paso firme como siempre, sola como siempre.
La he visto, desde esta esquina, cinco, no seis veces desde entonces.
Hoy me he fijado en ella gracias al repiqueteo de una moneda al caer en mi bandeja, ella destacaba en el reflejo del metal.
Nunca me ha reconocido, ni siquiera se ha fijado en mi, no creo ni que me haya mirado nunca, pero yo la he visto siempre que ha pasado por aquí, desde mi esquina.
Es cierto que he cambiado mucho y aun así, recuerdo sus últimas lágrimas.
su último, “ven, estoy sola en casa".
Su cuerpo era lo único que compartíamos, y lo hicimos durante casi dos años.
quise llegar hasta ella, pero no me dejo bucear en sus sentimientos, éramos tan jóvenes..., sigue sola como yo...
Aquellos “Ven”, me llevaban en un ascensor vacío hasta un quinto piso, me llevaban a su aroma, a lenguas colgadas entre estrellas, a manos acariciando telas, al tacto de piel de lunas, de martes y de venus, a suspiros...
Despues me llevaban siempre al mismo ascensor vacio, esta vez desde el quinto hacia abajo.

Recuerdo en mi voz, “me voy, lo siento”, desde una cabina.
Recuerdo tu tristeza..., tus ven...
Hoy te he visto, y como siempre he esperado oirte decir “ven”, como aquella última vez.


Quizá algún día, me vuelvas a decir..., "Ven", a mí...

Veo un tren a lo lejos.
Te encontraré, Rayo