sábado, 20 de julio de 2013

Noche sin luna

[De Internet]

Hay tantos días en los que las horas son largas, llenas de rostros con miradas presas de horizontes de indiferencia, otros en los que los segundos son eternos hasta que alguna de ellas, compasiva, evitando siempre mis ojos, regala pedazos rotos de tiempo, que suenan vacíos en su rebote, dentro de la caja de latón, (con el nombre impreso de "La Voluntad"), que acompaña la montaña de papeles pintados de mis letras, que pongo de cebo, para que cuando me doy la vuelta, los niños que ya no están en este populoso barrio, los roben, bajo la luna que los alumbra.
 
Hay tantos día de horas largas, que cuando llega ese día en el que todas las horas son mías, acabo odiándome, nunca he podido soportar mi compañía.
 
Hay otros días acompasados, lejos de mi, días de contemplar sin bajar la vista, las miradas que pasan por mi esquina, las presas, las perdidas, las vanidosas, las vivas, las que dejaron de brillar hace tiempo, las que me miran sin mirarme al pasar los otros días.

De año en año hay otros días.
 
Pero hay que sacrificar tantos días de horas largas para juntar dos acompasados, que prefiero esperar esa luna en la que algún niño me robe la pintura de mis letras, en horas largas que esperan esa mirada todos los días.
 
Hay tantos días de horas largas, que me faltan siempre los días para contarlas.