Me he colado en una exposición, para quitarme el frió de la mañana.
Encontré el otro día una chaqueta, y hoy he podido ducharme y hasta arreglarme la barba, con colonia y todo.
En la entrada había un cartel muy grande:
“Nuevas ideas de Arquitectura y Diseño. Mejor aprovechamiento de los recursos naturales y menor impacto en el medio ambiente. Autenticas obras de Arte”
O algo así, no se como no me acuerdo, si el lema estaba por todas partes.
Al otro lado del cristal, alguno tenía peor pinta que yo, y he pensado, “para dentro”.
¡Y he acertado!
Me han hecho ver una película, era una secuencia de fotos con un tipo hablando, no le he hecho mucho caso, me he estado calentando las manos en un calefactor que tenía al lado, tenía que secar mis mitones, mojados desde la ducha.
Y al acabar la película…
¡¡Había un desayuno!!
Tres días llevaba sin desayunar, he comido lo que he podido y me he guardado el doble para el camino, aunque he tenido que pelear a la salida, me querían quitar un bollo.
Les he dicho: “Recursos naturales, sin impacto en el medio ambiente”, guardándome el bollo en el bolsillo de la chaqueta.
Han entendido que pelearía con mi vida por el, y me han dejado marchar.
A parte del calorcito y de la comida, lo único interesante de la exposición era una caravana museo, lo demás, eran casas, algunas muy raras, algunas bonitas pero casas al fin y al cabo, y mi casa esta donde yo estoy aunque no tenga techo.
Pero la caravana me ha gustado, por un momento he recordado a mi amigo el buhonero, que lo dejo todo por amor, que manera más bohemia de ganarse la vida, aunque la suya fuese muy corta.
Pero esa idea no es nueva, sin ir más lejos, un uno de mis últimos viajes relámpago, hace dos o tres blogs, después de superar varias páginas de publicidad, otras de algún famoso o famosillo y su club, de sortear trampas de grandes y pequeñas corporaciones, he encontrado uno, que es un autentico museo, un reino más allá de los mapas, con goteras y pasiones, un lugar tan solo un lugar, donde los días son un regalo, y además me presta espacio en sus cuartillas, ¡me ha regalado su lapiz!, este con el que escribo.
La idea de la caravana es buena, pero yo no me veo, por esas carreteras del diablo, no tengo tantas cosas que contar como para que alguien pagué por ellas, y sobre todo no me veo ganándome la vida, cada día que despierto, es para mi un regalo.
Veo un tren a lo lejos…
Te encontrare, Rayo.