Luces de neón, llueve en la carretera, podría buscar refugio ahí, cierran muy tarde, luego puedo dormir durante el día, pero es mejor seguir el camino, siempre acabo defendiendo a quien no debo, es superior a mis fuerzas, veo en ellas a las que conservo en mi corazón, y la sangre me inunda el cerebro, se me nubla la razón.
Les digo lo que no debo, que no les puedo pagar, y alguna me escucha, hasta que le dan el toque, entonces saco el billete que guardo en el calcetín, y me veo en plena actuación...“está hablando conmigo, y le voy a invitar a una copa...”
Una hora después vienen a echarme, con una copa no es suficiente, para estar toda la noche, me cabreo, necesito hablar más con ella, y empiezan las bofetadas, casi todas me las llevo yo, a alguno le calzo alguna, pero siempre acabo en la calle, magullado, gritando al cielo, ”nunca volveré este lugar.”,(no me resisto como antes, ni gasto todo como antes).
Ayer ya busque este refugio, pero elegí mal el día, no llovía, me costo un billete y todavía estoy magullado, si vuelve a llover mañana, lo volveré a intentar, creo que algo me queda en el calcetín, igual me escuchan hasta el alba, dentro de una luz de neón.
Hoy mejor, busco un refugio en el rió, como ayer, donde pueda mirar al cielo, y recordar una piel bronceada y húmeda, un zambullido, una corriente, una respiración, una noche, una orilla...una vida, vivida...
Hoy como ayer, me dejare llevar por el rió, preguntándome:
“¿Fue un sueño o una mentira?”
“¿Solo es mi maldición?
Me educarón para hacer lo mismo que hacía mi padre,
y aquí estoy, en el río, mirando al cielo... recordando mañana.
O algo peor...lo peor, merece la pena vivirlo.